Deja
que todo fluya. Déjate estar bien. Sé libre. Si no funciona, es que no es para
ti. Tranquila. Todo irá bien. No tengas prisa. No importa. Espera a ver qué va
sucediendo.
¿Y a
mis padres, cuándo se lo digo? El día que decidas ir, el día que vayas a llevar
la acción. Y no importa si piensan que no deberías hacerlo, pues es tu camino,
tú decisión. Diles “Vale, pero quiero equivocarme”, luego vete.
Pero de
momento, tranquila. ¿Vale?
Eres
fuerte, triunfadora, vas a pagarte la matrícula. Deja que todo vaya en orden y
haz lo que sabes hacer. Ahora mismo, estudia y limpia, no tienes que hacer nada
más. Esas son tus prioridades. Ahorrar. Te garantizarán un futuro mejor.
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