b) Evitar el amor dependiente
c) Después del primer amor:
- 22 cosas que aprendí estando soltero por un año.
-Soltería consciente.
He decidido que ahora me toca mostrar todo eso que he aprendido, todo eso que me has enseñado tan bien, a todo el mundo y a mí misma. Y demostrar lo mucho que valgo
Hacíamos, pero no lo suficiente, y siempre que queríamos estar juntas era un drama, una mentira que contar a mis padres. No podíamos ser libres, por mis miedos. Por mis miedos nos perdimos tantas cosas...
Y yo quería echarte las culpas a ti, de que eras imperfecta, pero no es así. No lo es. No dejes nunca que alguien que esté contigo te esconda, se esconda y tenga miedo de lo que sois como pareja. Tampoco hagas tú eso con esa persona.
Me gustaría volver a verte, a besarte. Volver a abrazarte y ser capaz de caminar a tu lado cogida de la mano. Me gustaría comernos la boca en un parque hasta que se hiciera de noche y correr libres. Eso me gustaría.
Que me abrazaras y agarraras por la cintura al volver del cine y bailar, aprender a bailar.
Pero me cuesta, me cuesta. Ya lo sabes. Siempre lo hablábamos y ahora tenemos esto.
Necesitarías atreverte, buscarme, conquistarme y demostrarme que eres lo que busco en otra persona, para quizás poder regresar. Eso es todo.
Hoy he cogido por un callejón por el que hacía tiempo no pasaba. Era el callejón donde un chico alto me dio mi primer beso. Y fue mágico. Yo quería esconderme y que nadie de mi curioso pueblo sospechase que estaba cometiendo una locura, porque yo era una chica responsable. Y las chicas responsables no hacen locuras, no se arriesgan. Y todo lo tienen bajo control.
Ahora lo pienso y me hace gracia. ¿Lo repetiría? Sí, por supuesto. Pero si me sucediera ahora, cambiaría mi forma tonta e infantil de actuar, y me lanzaría a él, a sus brazos, le diría que me diera la mano y que corriésemos libres. Saborearía cada momento y cada segundo de esa fracción de tiempo, sin preocuparme de tener miedo y que alguien conocido me viese. Porque la persona que soy, en realidad me gusta, y me da igual lo que piensen de ella, porque me cae bien y es luchadora. Es persistente, perseverante, mágica y se arriesga.
Y, sin embargo, casi no me acuerdo de cómo era él, de su cara, sus labios o sus hombros. Es curiosa la forma en la que se olvidan a las personas.
Pero no, tampoco le guardo rencor. Fue alguien más y nada más.
Quizás fue ahí cuando mi mundo comenzó a romperse, aquella noche. Pero yo no lo sabía, y todo me parecía raro y yo quería seguir siendo una buena chica. Pero ¿por qué quería seguir siendo una buena chica si nunca maté a nadie ni he atentado contra la ley? ¿Por qué intentaba ser algo que ya era? Ojalá me hubiese dado cuenta antes.
Si me dijeses que volviera, volvería.
No quiero que cada vez que lloro, estoy triste o tengo pensamientos negativos, agarrar a alguien y llorar como si fuese mi colchón. No quiero una persona que sea mi colchón. Yo quiero ser mi propio colchón, darme ánimos y decirme que puedo, que no pasa nada, que siga adelante.
Quiero irme de aventuras y necesito tener claro las cosas que quiero, para que no se tropiecen unas con otras. Por ejemplo, no puedo querer un trabajo de 8h si tengo clases de inglés, etc.
Quiero ser capaz de, como ayer, irme de aventuras sola, a lo loco, sin que nadie me importe, solo yo.
Fui a Colón sola, ¿sabes? Y me sentí muy orgullosa, porque no necesité que estuvieses ahí. Quiero ir a la Rábida otro día, también sola. Llevo como 3 años viviendo allí y nunca me atreví. Te estaba esperando. No quiero esperarte, ni que me esperes.
Y, a pesar de todo, aunque tal vez ni leas esto, te sigo escribiendo. Una parte de mí sigue confiando en ti, pero puedes irte. Debería empezar a escribirle a otra persona. Quizás a mí misma.
Me da miedo pensar que dejemos de tener complicidad. Aunque en realidad ya la hemos perdido. Ya no hay nada que perder, así que si algo tiene que cambiar, solo puede ir a mejor.
Necesito cambiar de actitud, hacer una cosa y no dos a la vez, porque me está estresando muchísimo y no puedo con todo.
Todavía recuerdo, cuando miro esta escalera de este bar abandonado, cómo dejé que el viento se llevase un "te quiero" tuyo en forma de pepelito roto con tu número y dirección, esperando olvidarte pronto.
Tantas veces que nos despedimos aquí y hoy, quizás, sea una de las primeras en la que no lo hacemos y te echo de menos.
Dependemos de la rutina, funcionamos con ella y pronto mi rutina será no verte, que no te despidas de mí con un casto beso al subirme al tren, que seas invisible y no estés.
Pero hoy te sigo echando de menos, y me acuerdo de todas las veces, de cómo esperabas hasta que el tren desaparecía, y conversábamos en la puerta deslizante, y me despedía de ti formando con mis manos un corazón tras la ventana. Creo que esto siempre lo recordaré con cariño. Fue bonito.
Pero hoy estoy aquí sentada, leyendo un libro que quizás te gustase y pensando en tantas cosas que podrían haber sido y no fueron...
Busquemos un futuro mejor.
Acepto que intentar olvidarte es imposible, así que me acuerdo de ti, todo el tiempo y lo escribo para desahogarme. Es una energía menos, porque si de todas formas voy a recordarte, me ahorro de invertir energía en tratar de olvidarte cuando es imposible.
He gastado demasiado tiempo en huir, cuando lo que debería haber hecho es quererme a mí misma para superar todos los obstáculos.
Hoy vuelvo a echarte de menos. Y ayer, y antier... Y sigo pensando que debo decirle a mi padre sobre lo que pasó. Me gustaría volver y hacer todas las cosas que no pudimos por mi culpa, porque yo era la que nos frenaba...
Ojalá un día me perdonesy me escribas. Ojalá vuelvas...
Sé que me echas de menos, al menos todavía, pero ojalá un día me busques...
Me gustaría que supieras que no te olvido, que no es fácil, que te quiero. Me gustaría que supieras que no me duele decir que cambiaste mi vida y que me gustó el cambio. Me gustaría que todo fuera diferente, que nos encontrásemos y enamorásemos otra vez. Me gustaría acortar todo este tiempo y que nos volviéramos a ver.
Me ayudó ayer, de algún modo hablar con él, pero no es suficiente, pero no puedo volver. A él también lo dejé.
No quiero hacerte más daño del que ya te hago.
Quiero que seas feliz. Quiero que volvamos, pero ya sabes que no es fácil. Me derrumbo.
Pero sigo adelante.